Oh, Madre Santa, recibiste la buena nueva de la encarnación de Cristo, tu Hijo, con fe y confianza. Concede tu protección a todas las embarazadas que enfrentan dificultades.
Guíanos en nuestro esfuerzo por hacer de nuestras comunidades parroquiales lugares de acogida y asistencia para las madres necesitadas. Ayúdanos a convertirnos en instrumentos del amor y la compasión de Dios bondadoso.
María, Madre de la Iglesia, ayúdanos a crear la cultura de la vida y la civilización de amor, junto con todas las personas de buena voluntad, para alabanza y gloria de Dios Creador, y amante de la vida.* Amén.